La afinación de los pianos de la Escuela Nacional de Música

(Artículo en formación)
A lo largo de mi estancia como Coordinador de Instrumentos Musicales en la Escuela Nacional de Música (1992-2004) he tenido varias experiencias que me han obligado a indagar su razón. Basado en las expresiones de los técnicos de pianos y en las solicitudes de servicio, en ocasiones mi asombro ha sido enorme. Estas experiencias giran en torno a determinados temas, de los cuales, el principal ha sido en torno a la afinación de estos instrumentos tan usados en nuestra escuela.
En esa época era mi interés y mi responsabilidad, que los pianos de la escuela fueran atendidos por los técnicos de tal manera que no existiera reclamo alguno. Sin embargo, tuve que enfrentar constantes reclamos y críticas, principalmente en torno al problema de la afinación, por maestros, alumnos y hasta ... mi esposa. Algo, pues, andaba mal en torno a la afinación de los pianos y tenía que ser resuelto. De eso no había duda.
Tampoco tengo duda de la calidad del trabajo que realizan o pueden realizar nuestros técnicos. Y para esto tengo bastantes datos.
El punto más álgido sucedió hace poco más de un año. He aquí la historia:
Una tarde, después de afinar el técnico Benigno López un piano, el maestro en turno entra en el cubículo respectivo y, después de dar su clase y usar el piano afinado por Benigno, sale del cubículo, encuentra a Benigno en el pasillo y lo felicita por su trabajo.
Esa misma tarde, el siguiente maestro entra al mismo cubículo, usa el mismo piano recién afinado y, al salir, llena una solicitud de servicio, en la cual expresa por escrito “cuándo será afinado el piano finalmente”.
Dos versiones diametralmente opuestas sobre una afinación recientemente realizada.
Si no fuera por las felicitaciones que el primer maestro realizó ante el técnico, quizás el asunto no hubiese sido significante. Pero entre felicitar a un técnico por haber realizado un trabajo y reprobar totalmente el mismo trabajo, existe un abismo que tiene que ser explicado.
Cuando algo no es como se quiere o desea que sea o cuando algo no funciona adecuadamente, lo normal es que existe un problema. Y para resolverlo se requiere hacer un análisis. En este artículo pretendo exponer este análisis sin dar todavía respuesta definitiva a la problemática. Una respuesta con mayor definición la podré dar después de realizar una investigación, para la cual ya existe un proyecto.

Los pasos iniciales que di en este caso son tres:

1. Formular preguntas:
¿Los técnicos no realizan el trabajo adecuadamente? ¿Los pianos se desafinan constantemente antes de que los técnicos tengan el tiempo para regresar a ellos y realizar la siguiente afinación? ¿Existirá otro problema que yo desconozca? En torno a las primeras dos preguntas, seguí con el siguiente paso y para la tercera, al último: leer artículos.
2. Aislar los factores que pudiesen intervenir en el problema:
1er factor: intensidad de trabajo:
Cada técnico tiene en promedio más de 60 pianos bajo su responsabilidad, los cuales requieren periódicamente, dependiendo del estado del piano y del uso, cuidado y maltrato que se le dé:
¨ Afinación.
¨ Ajuste.
¨ Restauración parcial o total.

De acuerdo a las estadísticas elaboradas para la Creación de la Coordinación de Instrumentos Musicales, el trabajo que debe realizar cada técnico, con miras a realizarlo con calidad, es:

Para un trabajo de calidad, cada técnico deberá tener únicamente 30 pianos adjudicados. En ellos realizará:


6 pianos, ajuste y restauración total, trabajo a repetir cada 5 años en el mismo piano
6.00 meses

24 pianos, ajuste menor (3 días por piano), incluidas contingencias por cambios de humedad, calidad del instrumento, accidentes, maltrato, etc. Trabajo a repetir cada 3 años en el mismo piano.
3.50 meses

90 afinaciones, 2 horas por afinación (3 por año a cada piano) 180 horas total
1.25 meses

Vacaciones administrativas
1.25 meses

TOTAL
12.00 meses


Nuestros técnicos deben realizar, por lo tanto y con buena calidad, más del doble de trabajo que lo estipulado.

2° factor: antigüedad y estado de los pianos
El año pasado solicité la realización de un inventario de los pianos de la escuela, incluyendo catalogar cada piano con respecto a su estado e indicar el año de producción del instrumento. El resumen de este inventario es el siguiente:
Edad de los pianos.

Año de fabricación
cantidad
1889 a 1910 6
1911 a 1920 7
1921 a 1930 5
1931 a 1940 5
Indefinidos, posteriores a 1950 27
1950 a 1960 16
1961 a 1970 33
1971 a 1980 3
1981 a 1990 12
2000 al presente 20
Total: 134

Estado de los pianos.
Estado Cantidad
A 42
B 21
C 38
D 18
E 20
Total: 139

A = Muy bueno
B = Bueno...
C = Regular
D = Malo
E = Muy malo

La diferencia en cantidades (139 existentes-134 en mantenimiento, se debe a que 4 estaban ya fuera de servicio)


3er factor: batimentos en la afinación:
Los técnicos, para realizar una afinación, afinan primero el La central con base en un diapasón (la 440). A continuación, afinan el círculo de quintas hasta tener la escala cromática central con una afinación temperada. Cada quinta, para ser temperada, la afinan con una frecuencia de batimentos por segundo, cuyo control no es con base en un cronómetro, sino con base en su memoria rítmica . En este factor puede residir parte de la causa de la “desafinación” de los pianos. El técnico, al recordar la frecuencia de batimentos, no necesariamente aplica la cantidad de batimentos por segundo o, lo que es lo mismo, su minuto no consta de 60 segundos, sino de unos cuantos segundos más o menos. Este hecho se comprueba en que, para afinar dos pianos para ser ejecutados a cuatro manos, el técnico afina primero cada piano individualmente y luego comprueba la afinación y corrige los defectos hasta tener los dos pianos con la misma afinación por cada tono.
La memoria rítmica no es, pues, del todo exacta. Por eso se inventaron los relojes, los cronómetros y el metrónomo. El tempo de un golpe por segundo es el límite entre Largo y Larghetto. Invito a que el lector tome un reloj, marque primero varios segundos observando el reloj como prueba o ejercicio, espere después a que el segundero esté en un punto determinado (p. ej. las 12) y marque, de memoria, sesenta segundos sin ver el reloj. ¿Le atinó?

Las hipótesis que se desprenden de este razonamiento son dos:
1. Hay variaciones propias en cada afinador en la percepción de la frecuencia de batimentos para afinar las quintas, por lo cual cada afinador realiza una afinación sui géneris.
2. La percepción correcta de las quintas afinadas por parte del técnico depende de su estado de ánimo, por lo cual, dependiendo cómo se siente, serán sus quintas temperadas.


[La percepción correcta de estos batimentos por una persona se puede comprobar grabando quintas “correctas” (temperadas) e (incorrectas, desafnadas) en una secuencia de cinco (con una selección de 4 desviaciones escogidas y ordenadas poteriormente, de más y menos 15, más y menos10 y más y menos 5 y una de 0 Cents de desviación), de las cuales una sola es la correcta, la de 0 Cents. El técnico o músico debe marcar cuál de las cinco quintas en cada secuencia es la temperada. En un análisis realizado a técnicos y profesores de piano, sólo el 16% le atinó con una desviación igual o menor a ± 5 Cents. En otra entrada insertaré el estudio completo más tarde.]


4° factor: estado de los martinetes:
Los martinetes son la parte de la mecánica del piano que golpean la(s) cuerda(s). Son el último elemento en la cadena, si tomamos la tecla como el primero. Con el uso, los martinetes se marcan por la acción del constante golpe con la cuerda, formando tantos surcos como cuerdas tiene cada tono. Si los surcos son muy profundos, sus paredes rozan las cuerdas antes de efectuar el golpe, provocando en ella vibraciones que pueden dar la sensación de que la cuerda suene “sucia”. Esta “suciedad” en el tono fácilmente se confunde con “desafinación”. Una de las tareas en el mantenimiento de los pianos es rectificar la superficie de los martinetes que tienen un surco “demasiado” profundo.
El mismo efecto se provoca, en mayor proporción, si el martinete no está centrado. Esto se produce con el tiempo en algunos martinetes, debido a que el mástil al que está sujeto cada martinete se deforma ligeramente, ya sea torciéndose o doblándose por efecto del medio ambiente. En este caso, la pared o el canto superior del surco golpea la cuerda antes de que la base del surco lo haga, provocando vibraciones (armónicos) en la cuerda aun mayores. Otra de las tareas del técnico en el mantenimiento del piano es enderezar los mástiles de los martinetes, calentando con una flama el mástil y doblándolo hasta tener los martinetes centrados y en posición recta.
El problema del golpe certero o falso para provocar un sonido en un instrumento lo comprenden los percusionistas con mayor facilidad. Basta tomar una baqueta y probar percutir una tecla de xilófono sujetando la baqueta primero en el extremo opuesto a la esfera que golpea la baqueta; luego, percutir la tecla sujetando la baqueta cerca de la esfera y, por último, sujetándola en un punto medio, sintiendo un balance de la baqueta en la mano. ¿Hay diferencia de sonoridad en cada ejemplo? Ahora, trate de percutir la tecla, sujetándola cómodamente, rozando en uno de sus cantos longitudinales. ¿Qué sucede?
La hipótesis que surge de este hecho es que la cuerda suena “sucia” porque el martinete en su estado imperfecto (fuera de centro o con surcos profundos) provoca armónicos “no deseables” que dan la impresión de desafinación.

5° factor: memoria tonal:
En el Simposio Internacional de Acústica Musical celebrado en diciembre 2002 en la Escuela Nacional de Música se mencionó el hecho de que una persona puede memorizar una frecuencia (ser parcialmente de oído absoluto), por el hecho de repetir constantemente, por ejemplo, el La en la afinación de su instrumento, principalmente en músicos de cuerda frotada. De este hecho se desprende la hipótesis de la posibilidad de que un músico memorice una afinación determinada (de su piano particular) realizada constantemente por un mismo técnico, por lo cual, al usar otro piano, afinado por otro técnico, que tiene una memoria de ritmo (cantidad de segundo por minuto) diferente al primero. Este segundo piano, por lo tanto, le suena al músico como “desafinado”.


3. Consulta de información escrita
Weinreich, Gabriel; The Coupled Motions of Piano strings; JASA(?). En este artículo, Weinreich descubre que la afinación exacta de las dos o tres cuerdas de cada nota de un piano provoca que el piano suene débil, sin “carácter”. Una ligera desafinación, por lo contrario, ayuda a generar más armónicos, con lo cual el piano se escucha más sonoro.
Hall, Donald E.; Musical Acoustics, an Introduction; Wadsworth Publishing Company; Belmont, Ca.; 1980. (Traducción del autor de este artículo)
El oído es capaz de aceptar dos sonidos con frecuencias ligeramente fuera de su proporción aritmética. En el caso de ondas sinusoidales, la percepción de desafinaciones parece ser más tolerable (hasta 50¢[1]) que las desafinaciones de ondas complejas, pues la presencia de armónicos en éstas hace las desafinaciones menos tolerables. Mediciones de música de banda, tocada por profesionales, indican que desafinaciones de 10¢ y 20¢ son comunes, es decir, pasan desapercibidas por el escucha entrenado musicalmente. (Braun, 439).

[1] ¢ = Cents, la centésima parte de un semitono en la escala temperada.

Miguel Zenker

1 comentario:

Hector dijo...

Muchas gracias maestro.
Héctor Sánchez